Por: Edna Yolima Beltrán Parra, Gerontóloga Centro de protección social Clarita Santos- Casa la Esperanza.
A lo largo del curso de vida las personas tienen una serie de cambios en su proceso de envejecimiento; estos cambios se dan en todos los individuos de manera diferente a y velocidades distintas para llegar a la etapa de la vejez. Las personas mayores con discapacidad también están inmersas en este proceso y cuentan con unas necesidades adicionales sin importar el entorno en el que se encuentren ya sea en casa o si están institucionalizado, por tanto durante la cuarentena es importante que el cuidador continúe con las rutinas previamente establecidas y aquellas que la cuarentena exige como el lavado de manos de forma constante.
Siempre es muy importante explicarle a la persona mayor que requiere asistencia las actividades que se van a realizar de forma previa, e involucrarlo en las actividades de la vida diaria, explicar de forma sencilla los acontecimientos y sucesos que ocurren en la sociedad evitando la saturación de información, fomentar su arreglo personal como si fuera a salir a la calle fortalece su autoimagen, realizar ejercicio físico y estimulación cognitiva con gimnasia mental (desarrollar sopas de letras, sudokus, leer pintar mándalas entre otras), mantener un plan alimentario recomendado por el profesional del área de nutrición, recordar que la persona mayor que tenemos en casa es un adulto y las actividades para ellos deben ser acordes a la edad que tienen sin infantilizar ni en peinado, vestido o forma de trato. Seguir los diferentes tratamientos de forma más estricta. Desinfectar a diario aquellos utensilios y objetos de uso común o superficies de alto contacto como sillas de ruedas, pasa manos, manijas…
Fomentar relaciones sociales y familiares que promuevan el buen trato hacia la persona mayor y el cuidador; el aislamiento debe ser físico no social, manteniendo un contacto telefónico constante o aprovechando los recursos tecnológicos con familia y amigos. Por tanto es importante elaborar un directorio de familiares y centros médicos cercanos que sean la red de apoyo en caso de requerirlo. Bríndale seguridad a través del acompañamiento, facilita la calma y contención ante la preocupación, o enojo que puedan manifestar por la situación, aprende a escuchar sus miedos, dale tiempo para que hable contigo y nunca minimices su sentir; cuando le llamen por teléfono o redes sociales procura que no sea llamadas cortas. Respeta sus decisiones y otórgale la autoridad que representa en la familia, negocia si estas decisiones no son las más indicadas para su autocuidado.
Finalmente llénate de Amor, Respeto y Cariño hacia las personas mayores
"el aislamiento debe ser físico no social"
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Fuentes:
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